Internas reactivadas
CFK con balcón y sin boleta. LLA-PRO sin acuerdo. Políticos comiendo panchos en IG.
La ratificación de la condena a Cristina Kirchner y su prisión domiciliaria le devolvió a la expresidenta una centralidad en la agenda política nacional que no tenía desde hacía mucho tiempo. De la mano de esto, en las últimas dos semanas se vio un peronismo revitalizado: se suspendieron las internas y se mostraron signos de unidad, se consolidó un discurso que, con el apoyo de Cristina, buscaba revitalizar la mística peronista. El kirchnerismo, de nuevo en el centro, hegemonizando la escena, ordenando desde su líder indiscutida el escenario opositor.
Pero eso es una imagen del pasado. No solo porque la narrativa se construye por símbolos como el 17 de octubre, la resistencia peronista, la coincidencia con las efemérides de los fusilamientos de José León Suárez, el bombardeo en Plaza de Mayo, la proscripción, el balcón y el “vamos a volver”. Todos elementos que forman parte de una simbología que poco dialoga con el principal sector del electorado en donde el peronismo perdió con contundencia: los jóvenes.
Sino que, fundamentalmente, es parte del pasado porque la centralidad de Cristina como líder del peronismo estuvo sustentada por su potencia electoral. Las críticas a sus formas, a su conducción, a valores y agendas más vinculadas con el progresismo y la izquierda que con un peronismo tradicional, la asignación de poder a los “ignotos sin votos” de La Cámpora, no son una novedad, sino que expresan un malestar que viene acompañando a sectores del peronismo desde hace más de una década, pero que la potencia electoral de Cristina acalla, reúne y ordena cada dos años.
Pero Cristina no podrá ser candidata. El kirchnerismo pierde su herramienta definitiva para ordenar la interna.
La boleta única y posterior desdoblamiento en la provincia de Buenos Aires son los elementos más importantes que presenta este novedoso escenario electoral de 2025. Los intendentes, columna vertebral del peronismo crítico de la conducción de Cristina pero atados al condicionamiento electoral de su figura, son los principales ganadores en este nuevo escenario.
Esa fue la lectura que hizo Cristina al realizar el audaz movimiento de anunciarse como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral. Si el territorio pretende autonomizarse del liderazgo nacional condicionante, ese liderazgo baja al territorio, su distrito desproporcionadamente crítico, para imponer su fuerza y poner en jaque el armado de intendentes que venía impulsando a Axel Kicillof y promoviendo la confrontación con el kirchnerismo.
Nos preguntamos hace semanas, antes de la condena: ¿Espinoza va a poner en riesgo su extendida hegemonía en La Matanza por acompañar el armado de Kicillof o ya hay puentes tendidos vía Magario con la expresidenta? ¿Qué futuro tiene la confrontación de intendentes con Cristina si esta se presenta en la tercera sección electoral y arrastra al poder territorial de La Matanza en su armado?
Cristina presa resuelve ese dilema para gran parte del peronismo del conurbano. Y Cristina presa libera el proyecto de Kicillof 2027 de su mayor fantasma: que finalmente CFK se proponga como candidata a presidenta y eclipse la proyección del gobernador de Buenos Aires.
La posibilidad de condicionar el escenario electoral de CFK desde San José 1111 es absolutamente irrelevante en relación a su presencia en una boleta. Los movimientos mediáticos de Máximo Kirchner, inéditos, muestran una primera decisión de designación de su herencia electoral directamente vinculada al apellido. En términos de marketing político, la decisión más simple y acertada. Pero si la imagen de la expresidenta estaba cuestionada, mucho más la de su hijo, que genera un enorme rechazo en gran parte de la dirigencia y la militancia peronista, sumado a que no tiene un ápice del carisma y la influencia que ejerce su madre sobre una buena porción de la base electoral del peronismo.
El antikirchnerismo peronista ganó con Cristina presa. Pero nadie lo va a salir a mostrar abiertamente. Todas se van a cuidar de herir susceptibilidades porque necesitan heredar a las “viudas de Cristina” en cualquier proyección que se haga.
Entonces, si la interna venía muy dura, y además el antikirchnerismo reforzó objetivamente sus posiciones frente a la ausencia de Cristina del escenario, ¿va a haber ruptura en el peronismo? No lo sé. El kirchnerismo utilizó estas dos semanas para reinstalar la figura de Cristina, pero no se ahorró, en un segundo plano, los movimientos para seguir raspando a Kicillof: le hicieron vacío en su presencia en Mateu; le criticaron su no contundencia al hablar de la posibilidad de un indulto si es presidente; lo responsabilizaron de la condena señalando que su desdoblamiento aceleró los tiempos y la definición de la Corte Suprema; y este fin de semana salieron a instalar un preacuerdo entre Máximo y Massapara las listas, sin consultarlo.
“Kicillof está encerrado”, nos dice un dirigente del peronismo que acompaña al gobernador y que expresa desde hace tiempo la necesidad de una confrontación electoral. “A semanas de la condena tiene poco margen para romper, la militancia lo va a leer mal, no es el momento. Pero a la vez, si no rompe, se le desarma gran parte de lo que armó, que tenía como promesa confrontar con el kirchnerismo”, completa la idea.
“Vamos por la unidad sin claudicar y sin estar entregados, buscando respetar el peso de los intendentes y buscando el mejor candidato en cada sección”, repiten desde el entorno de Kicillof sobre los pasos por venir.
Mientras tanto, los intendentes se mueven. En la primera sección electoral, un territorio definitorio para el peronismo es José C Paz. En las últimas horas, Mario Ishii envió a la prensa declaraciones , lo cual no es un ejercicio habitual del emponchado líder peronista del municipio del oeste del conurbano. Ishii venía teniendo posiciones, como muchos de sus pares, críticas con La Cámpora, y haciéndolas públicas cada vez que tenía micrófono. En el último tiempo mostró signos claros de apoyo a Axel Kicillof. Pero ayer lanzó una expresión que tiene un peso enorme en este tiempo: pidió un cambio del cronograma electoral, léase, dejar atrás el desdoblamiento e ir nuevamente a una unificación y deshacer la mayor victoria que Kicillof le había presentado a los intendentes por sobre el kirchnerismo (la otra demanda de los jefes comunales es la reelección, cosa que todos los actores dan por hecho que sucederá de cara a 2027). .
En la otra orilla, las cosas en relación a la interna, como veníamos contándoles, no están nada ordenadas. Claro, el escenario del centro-derecha es ganador: la estabilidad macro y, sobre todo, la inflación, son definitorias de cara a los resultados electorales en estas elecciones intermedias. Con la lapicera del poder, estabilidad y sin la acumulación suficiente del malestar generado por el ajuste, las internas son más fáciles de ordenar.
Aunque la condena de Cristina le desorganiza la narrativa al gobierno, que la prefería en la cancha para usar la instancia electoral para terminar de heredar toda la simbólica antiK que pudiera quedarle al PRO.
Pero muchos de los jefes comunales amarillos no aceptan rendirse frente a los violetas en sus territorios. A Ritondo lo ven como un libertario más, lejano a la defensa de sus intereses. En el conurbano, Ramón Lanús ya definió que jugará con La Libertad Avanza. Claro, no hay espacio para dejarle el sello violeta a Posse, que se mueve como candidato. Y cruzando la calle Paraná, en la cuna del Jorgemacrismo, Soledad Martínez explora distintas variantes, pero a esta altura tiene pocas chances de cerrar un acuerdo local con los libertarios. Les contamos un poco mas de esto en la nota que escribimos ayer en QUEPASAWEB.
¿Qué pasa con el massismo? En esta suerte de paritaria política-electoral que se juega por estas horas hasta el 19 de julio, el massismo volvió este fin de semana a hablar de la posibilidad de cortarse solo y a presentar a Juan Andreotti como posible candidato en la primera sección electoral. Desde San Fernando aseguran que el intendente no quiere. Pero también aseguraban que no quería ocupar la jefatura comunal y suceder a su padre, como finalmente hizo en 2019. La interna del poder en San Fernando está atravesada por una interna familiar que hoy juega también en el armado local de La Libertad Avanza.
Uno de los más importantes exponentes de la tercera posición del peronismo también está en la zona norte y es el intendente de Tigre, Julio Zamora. Horas antes del anuncio de la condena, cuando todo el escenario político lo daba como un hecho, el exmassista se animó a soltar un dardo hacia la expresidenta. El zamorismo asegura que la única posibilidad de que no vayan en esa tercera vía es que Kicillof rompa con Cristina. Pero el massismo en Tigre, que todavía no asimiló la dura derrota de Malena Galmarini en 2023, dice que “Zamora dialoga con Sergio” y los ven dentro del peronismo en dos semanas, haciendo cálculos del reparto de concejales en las listas. Mientras, liman la imagen del intendente y sus proyectos de crecimiento inmobiliario, posibilitados por la expansión de la red de agua potable y cloacas que realizó Malena durante su gestión en AySA.
En Tigre también el escenario libertario muestra una convulsión muy importante. Están la tribu de Pareja, están los ex-PRO —algunos de ellos que celebran públicamente la condena por corrupción, pero que tuvieron que guardarse en 2023 porque las carpetas y los videos que circulaban en las oficinas de los productores de los distintos medios amenazaban con terminar su carrera y comenzar un derrotero judicial.
También aparece un nuevo jugador con un apellido potente, que se muestra con diálogo con los distintos sectores, con ambición y con decisión: Nicolás Scioli, hermano menor del ahora libertario secretario de Turismo. Scioli camina el territorio como no lo está haciendo ningún otro candidato opositor, pero los exsciolistas dentro del gabinete de Zamora sonríen haciendo memoria cada vez que lo escuchan esgrimir críticas a los gastos publicitarios de la gestión del jefe comunal de Tigre.
La llegada de Milei implosionó la estructuración del mapa político en la Argentina: su dicotomía estructurante kirchnerismo–antikirchnerismo, y además produjo un cambio muy importante en el esquema electoral, sumado ahora a la ausencia de Cristina como candidata. Los resultados son impredecibles. La confusión, algo justificada. No sé si para avalar que dirigentes peronistas se dediquen a hacer recorridas gastronómicas probando panchos, pero tenemos que conceder que todos andamos un poco desorientados por estos tiempos.
Si la dicotomía de la campaña va a ser inflación versus proscripción, en rasgos generales no hace falta ser muy lúcido para saber quién gana y quién pierde. Pero hay tantas incógnitas por develar: ¿cómo va a traducir el electorado una elección desdoblada? ¿qué grado de importancia le va a dar la política al hasta ahora desvalorizado lugar de legislador provincial? ¿qué capacidad tendrán los actores locales de evitar, como sucedió en la Ciudad, la nacionalización de la campaña de cara a septiembre? ¿qué protagonismo tendrán los intendentes (un vez resuelta “la suya”) en la elección de octubre? ¿cómo condicionarán los resultados de septiembre a la elección de octubre? ¿cuál será el resultado de la experiencia de la boleta única? ¿Qué capacidad tendrá CFK para trasladar votos a su heredero? ¿la detención de Cristina sacudirá un poco la apatía que viene marcando gran parte del electorado, respecto de las elecciones con registros históricos de ausentismo?.
Ajústense los cinturones, que de acá al 19 de Julio esto se pone bueno. Nos leemos.