Las PASO dejaron un escenario mas que abierto y lejos de acercar alguna certidumbre sobre el futuro político de la argentina, alimentaron la inestabilidad.
En la práctica, las elecciones del domingo a nivel nacional solo sirvieron para darle una entidad definitiva a lo que venimos llamando “fenómeno Milei”. Ya no es posible atribuirlo a un invento de los periodistas, o fruto de encuestas operadas para tal o cual fin. Milei está, es una realidad concreta y medible en este escenario de tercios. Y además se quedó con la foto de ganador.
¿Fue sorpresivo el resultado del domingo? No. Del escenario de tercio veníamos hablando hace rato.
“Las encuestas a nivel nacional están mostrando un escenario prácticamente dividido en tercios, con grandes posibilidades de tener al libertario dentro de ballotage”.
Es cierto que esos guarismos comenzaron a cambiar de la mano de los resultados de las elecciones provinciales. Con el diario del lunes podemos suponer que los encuestadores ponderaron a la baja, condicionados por estos resultados, donde los candidatos de Milei hacían sapo, o que los datos que circulaban en las semanas previas fueron parte de las operaciones de JxC para desinflar al libertario.
Si las PASO son una gran encuesta, como se dijo muchas veces, el domingo hubo un empate entre las tres fuerzas, ya que las distancia entre ellas no supera margen de error técnico de toda encuesta.
Los que quieren generar expectativas sobre sus posibilidades de crecimiento resaltan los 11 millones de personas empadronados que no votaron. Lo cierto es que los cálculos mas optimistas serios dicen que no se pueden esperar mas que 3 o 3,5 millones mas en octubre.
Pero a pesar de los escasos 655.663 votos que separan a los libertarios de los peronistas, el domingo hubo ganadores y perdedores.
Claramente Milei ganó: su elección estuvo por encima de las expectativas del propio espacio. El resto perdió.
Perdió Massa, porque no logró el título del candidato mas votado y el peronismo realizó la peor elección desde la vuelta de la democracia.
Perdió Larreta. Como marcaban todas las encuestas desde hace meses y nosotros se los contamos en el último newsletter. Todas pero todas, de marzo a esta parte, lo daban el jefe porteño fuera de juego, y muchos casos, por amplio margen. Pero la política decía otra cosa… y tantas veces las encuestas fallan. Esta vez no.
Perdió Bullrich, ganando la interna, con un Juntos por el Cambio debilitado. Con respecto al 2019, perdieron millones de votos (mas de 4 millones respecto a las generales y 1.2 millones comparando PASO), sin estar en el gobierno.
De cara a lo que viene, los espacios se encuentran reelaborando estrategias. La incertidumbre mas la posibilidad ahora cierta de la dolarización acentuaron la fragilidad de la economía argentina y esta semana el fantasma de hiper, que Massa había logrado despejar, volvió y con mucha fuerza.
Milei ganó solidez. El ser el mas votado tendrá un efecto de consolidar lo obtenido y sumar a otros que no se animaron a hacerlo en las primarias.
Bullrich está en una encerrona. Si busca el centro para conservar los votos de Larreta puede perder hacia la derecha con el libertario. Si se extrema, puede parecerse demasiado. El primer movimiento es mostrarse como alguien con las mismas ideas pero con la posibilidad de llevarlas adelante. Sin errores no forzados de Milei, es escaso lo que pueda tomar de ahí.
A Massa solo le queda el ministerio y que el miedo a Milei le arrime una buena porción de esos 3 millones que no votaron y podrían hacerlo en la general. Y que eso alcance para entrar a un ballotage. Insistimos con lo inverosímil que un ministro de economía en este contexto sea el candidato del oficialismo. Sólo Massa puede animarse generar alguna expectativa de victoria en un escenario así.
Vamos para el territorio que pasaron algunas cosas, ¿no?.
Cimbronazos en el conurbano
Perdió Posse y perdió Malena Galmarini de Massa. Sin dudas son los títulos excluyentes de las PASO en el conurbano. El primero porque pone fin a ciclo político de 40 años. El segundo por su repercusión nacional y por lo caliente que estuvo esa interna con denuncias, resoluciones judiciales y todo los condimentos. También perdió Zabaleta, el último intendente albertista, otro título importante que dejó el domingo.
Antes de poner la lupa en la elección histórica que hubo en San Isidro, que además consagra a Ramón ya como “virtualmente” intendente de San Isidro, quiero dejarles algunos datos y reflexiones mas generales sobre la elección en el conurbano.
En primer lugar, todos los intendentes (y varios referentes opositores) estuvieron por encima de sus boletas nacionales y en muchos casos por diferencias muy amplias. Del lado de UP, San Fernando 20%, Pilar 18% son los que mas se destacan. Del lado de JC, San Miguel 17% y Tres de Febrero un 11% entre los que mas diferencias tuvieron en favor de la boleta local.
La discusión de a quién le sacaba votos Milei, en el conurbano tuvo una respuesta contundente: A Juntos por el Cambio. La aparición de la Libertad Avanza le dio aire a muchos intendentes de UP que tenían un escenario complicado: San Martín, Morón, Ituzaingó, General Rodríguez, Quilmes, Tigre. En esos territorios donde JC tenía expectativas concretas de Victoria, tomando como referencia la la elección intermedia (2021), las boleta de JC estuvo por debajo de lo esperado, aún habiendo ganado en algunos de esos territorios (Morón e Ituzaingó).
Esto no pasó en los municipios gobernados por Juntos por el Cambio donde el peronismo mantuvo, en líneas generales, el caudal de votos que tuvo en 2021.
En conclusión: a pesar del contexto nacional, la aparición en el escenario de LLA le permitiría al peronismo no perder ningún distrito y hasta poder sumar alguna. De los distritos que gobierna solo quedó abajo en Ituzaingó y Morón y en posiciones de mucha competitividad de cara a Octubre y a la vez quedó arriba en Lanús, distrito del candidato a gobernador de Bullrich.
Por otro lado, se vió una diferencia importante en los votos de Milei en las provincias en relación al Amba, cuando justamente se decía que el libertario era un fenómeno urbano. Esto solo se explica por la incidencia de los actores territoriales. Donde los gobernadores desdoblaron, ganó Milei. En el conurbano, por el peso de los intendentes, el caudal de Milei fue menor al promedio nacional. Además fueron los mismos intendentes peronistas quienes cuidaron los votos del La Libertad Avanza en el conurbano.
Se ve claramente que en los distritos donde JC es fuerte, LLA esta mas cerca de los 16 puntos, mientras que en muchos de los distritos peronistas, los libertaros superan el 20%, desplazando en varios casos al segundo lugar a JC: en La Matanza, Escobar, Florencio Varela, Malvinas Argentinas, José C Paz, Berazategui, Esteban Echeverria, Ezeiza.
Un último comentario general sobre la elección conurbana: se suele escuchar a los dirigentes peronistas no K acusar al “los chicos” de La Cámpora de piantavotos y de no ganar elecciones. Bueno, en los distritos donde La Cámpora llegaba con candidatos competitivos, ganaron. Damián Selci le ganó la interna a Juanchi Zabaleta. No todos los días se le gana una interna a un intendente. Mayra Mendoza ganó en Quilmes y en Lanús, Julián Álvarez ganó la interna y además UP fue el espacio mas votado.
San Isidro, el fin de una era
Cuarenta años es mucho tiempo. El experimento de ir por una tercera generación de un mismo apellido se mostraba a priori como mucho. Pero la política viene corriendo límites, a veces sin costo en lo inmediato… aunque, es indudable, acumulando descrédito y malestar.
A pesar de todo esto, Posse nos había acostumbrado que si había elecciones en San Isidro, el ganaba. Con la UCR, con un partido vecinal, con el kirchnerismo, con De Narváez, con boleta corta, con Massa, con el PRO… Posse ganaba. Primero con Melchor, luego con Gustavo, pero también ganaba con Juana (una tía que ponía el apellido en las elecciones intermedias) y ya en 2021, con Macarena (hija de Gustavo).
“Posse es como la Coca Cola” repetían en el entorno del intendente como un mantra en relación al peso del apellido como marca, cada vez que salía el tema de la sucesión, que estuvo muy presente en los últimos años, porque hasta la modificación de la ley en diciembre del 2021, los intendentes no tenía habilitada la “rere” en este 2023.
Pero en esta vuelta las cartas venían barajadas distintas. Desde este newsletter puntualizamos 5 ejes donde se sustentaban las victorias de Gustavo Posse, marcando una continuidad inédita para un proceso político en la democracia. Y en ese análisis advertíamos que estábamos frente a un escenario inédito: Posse (Macarena) no tenía esta vez la sabana que mas medía en San Isidro, el vecinalismo de Convocación se había metido dentro de JxC para sumarse a Ramón Lanús, su rival en la interna, y no iba a estar Gustavo Posse encabezando la elección local.
Los que teníamos acceso a algunos números de las encuestas, sabíamos que desde hacia meses, Patricia Bullrich estaba muy por encima de Larreta en San Isidro. Si eso se confirmaba, como sucedió, el possismo iba a necesitar una cantidad de corte muy importante para poder ganar la elección. Y el clima en las calles de San Isidro estaba muy frío, de mucha indiferencia frente a los comicios… no estaba la instalada la percepción que el futuro del municipios se jugaba el 13 de agosto y podía definir un cambio histórico en el distrito. El viernes antes de la veda lo escribimos acá, Lanús podía ganar.
Bueno, la diferencia entre Bullrich y Larreta fue muy grande en San Isidro, PB sacó poco mas de 57 mil y HRL 37 mil. Ramón Lanús conservó gran parte de los votos de Bullrich, alcanzando 56 mil votos. Macarena Posse tuvo un corte importante a su favor: sacó 13 mil votos mas que Larreta, pero no le alcanzó.
Pero quiero cerrar con un detalle muy interesante que deja el análisis de los números de la elección en San Isidro. De los 8 cuerpos de la boleta que llevaba a Larreta como presidente, el mas votado en San Isidro es el de gobernador. El cuerpo donde estaba Gustavo Posse acompañando en la formula a Santilli. Es una anomalía que el cuerpo de gobernador supere al de presidente y al de intendente. Generalmente, los cortes son en uno de los extremos. Larreta saca 37 mil votos, Macarena Posse 50 mil, y Gustavo Posse como vice gobernador, 53 mil. Hubo votantes de Gustavo que cortaron a Macarena. Lo que deja abierta la pregunta de cuál hubiera sido el destino de la elección, si Gustavo Posse tomaba la decisión de ser otra vez candidato a intendente, como muchos creímos que iba a hacer.
Ramón Lanús ganó la interna, en alianza con el vecinalismo de Convocación e incorporando a su espacio a radicales que fueron parte de la gestión de Gustavo Posse, y que rompieron con el intendente en el 2017 como Carlos Castellano y Jorge Álvarez. Nadie duda que el próximo intendente de San Isidro será Lanús, pero si hay muchas preguntas de cómo será el proceso de transición de una gestión que gobierna desde el regreso de la democracia.
Gracias por acompañar es esta vuelta. Espero que haya sido de su agrado. Banquenme algunos días que los llevo a dar una vuelta por otros territorios, por ejemplo, La Matanza, donde la suma de votos de LL y JC supera al peronismo… ¿Qué tul? Chau.